¿Por qué Jesús nació en un pesebre?
- Hugo Villaseñor Magallon
- 21 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Continuamos con las meditaciones del capítulo dos del evangelio de Lucas acerca del nacimiento de Jesús. Ya hemos meditado sobre la fecha del nacimiento de Jesús, y sobre el significado teológico del buey y la mula escoltando al niño en aquél primer nacimiento. Ahora, meditaremos de la mano del Papa emérito Benedicto XVI y del gran san Agustín, el sentido teológico que tiene el nacimiento de Jesús sobre un comedero de animales.
El tercer evangelista menciona al respecto: "[María...] lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada" (Cfr. Lc 2, 16). No podemos imaginarnos lo irónico de la escena. El mismo hijo de Dios, Creador del mundo, se había hecho carne, y en ese mundo, no había un espacio para él. Sus padres encontraron una cueva, e improvisaron una cama en un cajón de heno donde los animales comían. Es demasiada la ironía. Es casi una burla, como dice Mons. Robert Barron. Dios mismo, nacido en un comedero de animales.

Pero para Dios nada es improvisado. Así, la ironía desaparece al comprender el sentido teológico del nacimiento de Jesús en esta cama de heno. San Agustín fue quién notó el sentido de esta dulce ironía. El pesebre era el lugar donde los animales encontraban el alimento, pero ahora yace en él, aquél cuyo Cuerpo es verdadera comida y Sangre verdadera bebida. Jesús, desde su nacimiento, se presenta como alimento para el género humano. Un alimento que da la vida. Es el nuevo maná que baja del cielo para saciar a los hombres, saciarlos de Dios.
El pesebre se convirtió así en el primer altar. Desde entonces, cada vez que se consagra el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el altar se convierte en pesebre que sostiene dulcemente al Salvador del mundo, pan de vida eterna, y alimento para el alma.
Comments