¿Es María la madre de Dios?
- Roberto Maravilla González
- 20 dic 2017
- 2 Min. de lectura
En el siglo V hubo una controversia por la enseñanza de Nestorio. Nestorio fue un Obispo de Constantinopla, quién estaba influenciado por la escuela de Antioquia que se preocupaba mucho por la humanidad de Jesús.
Nestorio decía, que en Cristo dos personas se unían, la divina y la humana en una intensa unión moral. Significaba que María, la responsable del elemento humano de Jesús podría ser la «Christotokos» (Portadora de Cristo) y no la «Theotokos» (la Madre de Dios). De hecho Nestorio creía que era una blasfemia decir que Dios tenía madre.
Mientras tanto, Cirilo Obispo de Alejandría, estaba en contra y llamó a Nestorio como hereje. Una herejía es una verdad distorsionada. Una verdad que no sigue la lógica del Evangelio, en la que una o varias personas proponen una verdad diferente de la fe. Y por esta razón actuó convocando al Concilio de Éfeso.

El Concilio de Éfeso se celebró entre el 22 de junio y 16 de julio del año 431, en Éfeso, antiguo Puerto griego, en la actual Turquía. Es considerado por la Iglesia Católica, por la Iglesia Ortodoxa y por la Iglesia Copta como el III Concilio Ecuménico.
El asunto a tratar era la articulación de la persona y naturaleza de Jesús. Volvemos a la pregunta que Jesús mismo hacia primero: ¿Quién dice la gente que soy yo? (Mt 16,13). Esa pregunta cautivo la mente de la Iglesia y, los grandes intelectuales de la época se esforzaban por responderla. Hubo Progreso en el Concilio de Nicea en el año 325 y luego en el Concilio de Constantinopla en el año 381.
Pero en Éfeso, después de mucho deliberar, los padres del Concilio determinaron que no se podía pensar en Jesús sólo como un humano con una intensa relación con Dios, porque eso haría de Él sólo un "Santo Supremo” pero no el «Hijo de Dios encarnado». En esta única persona lo divino y lo humano se unen, esto significa, concluyeron en el Concilio, que Nestorio se equivocaba al negarle a María el título de «Theotokos». Si en efecto, Jesús es divino y María es Madre de Jesús, debe llamársele «Madre de Dios».
Cuando esta declaración formal fue hecha, todo el pueblo de Éfeso celebró esa noche con un desfile de luces.
Fuente: Mons. Robert Barron, Catolicismo.
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